Crítica al Diario - Gaceta de Barcelona
5 de juny de 1876. Gaceta de Barcelona.
Publicació d'una crítica dirigida al Diario de Barcelona a un escrit catalanista d'Antoni Careta aparegut en aquest diari.
Desde que el ultramontanismo en sus postreros estremecimientos se agarra al árbol de Guernica y defiende la causa de los fueros, para captarse el apoyo de las provincias Vascongadas, dominan en el consecuente director de El diario de Barcelona, tales pujos de catalanismo, como nunca los hubieran visto los habituales lectores de nuestro colega.
Ayer el Sr. Mañé acoje una carta, escrita en catalan purificado y firmada por un señor Careta llansadoraire de profesion, la traduce, la coloca entre dos series de prolijos encomios y la sirve al público á guisa de artículo de fondo con el epígrafe de un verdadero catalan.
No queremos suponer que el Sr. Mañé, que hace causa comun con el llansadoraire no haya pesado y meditado debidamente una carta que tanto elogio le merece. Y porque eso no puede suponerse, es preciso que añadamos una nueva evolucion de El Diario, á las muchas que ha hecho en estos últimos tiempos, á no ser que alguien pretenda disculparle, diciendo que bien puede desvariar el que se encuentra en el paroxismo del despecho.
El Diario, al acojer en sus páginas una carta como la escrita en catalan, al traducirla, al encomiar sus tendencias y al pasar por el párrafo que dice: "Jo que en mas horas vagarosas, en lloch d'engolfarme en las mesquinesas de partit, m'he deleitat en l'amor puríssim de la familia y de ma patria Catalunya, etc, etc" el Diario ya es algo más que fuerista vascongado, y algo más que fuerista catalan: el Diario es menos que separatista.
¿Que significa sino "una pátria Catalunya?" ¿Quiere explicarnosla el Diario? No dudamos nosotros de la sinceridad del señor Careta, modesto obrero y aplaudido escritor catalán: lícito es alimentar utopias y acariciarlas con entera consecuencia: pero, créanos, si quiere persistir no engolfándose en las mezquindades de partido, guardese, si guárdese mucho de no convertirse en juguete del peor de todos los partudos, del más desacreditado, del que vencido por seculares esfuerzos, revuelcase rabioso é impotente: del partido ultramontano.
Dámosle este consejo, en pago del servicio que ha prestado a las clases conservadoras, aquilatando con la sencilla piedra de toque de su catalana carta, la nueva evolucion del señor Mañé y Flaquer. Servicio es éste que le agradecerán de veras todos los amantes de la integridad nacional, pues aunque no es nuevo ver á ultramontanos conservadores haciendo causa comun con la demagogia cantonal, no creíamos nosotros que pudiese haber en esta capital émulos del marqués de Cáceres, y mucho ménos que estos tuvieran la dirección de un periódico tan antiguo y arraigado como el Diario de Barcelona.
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