Ceguera mortal, que va en el mismo grupo de la anterior, es una verdadera homilía, prosaica en la forma, de pensamientos tan comunes que se hallan repetidos una y otra vez, con mayor grandeza y valentía sin duda, en los más populares libros de controversia teológica:
¿Ahont vas mortal que adelerat travessaslo fadigós cami d'aquesta vida?
¿Te mou lo pler que á dolls assaboreixes
ó be l'afany de la mondana gloria?
¿Es que del or t'incita la fat-lera
que honors y bens, y goigs, tot ho procura?
Son los delits, ans de lograr, desfici
y un cop lograts, abatiment y fástich.
Per la Bellor sospiras y't daleixes
sempre afanyos y solsament ne trobas
un trist esclat en monts de vil materia.
Es clam perdut ton clam per la justicia.
Si aquets amors en lo teu mon no viuhen
¿'hont vás coneixels? ¿d'hont te vé l'aymarlos?
Es difícil expresar menos poéticamente, conceptos que son al propio tiempo razones; es decir, algo que atañe más á la inteligencia que á la fantasía. El poeta trata simplemente de convencer al personaje de su epístola, y multiplica las preguntas y respuestas, las premisas, las consecuencias, los argumentos ad hominem.
Que'l teu conhort es la filosofía,
prou vas dihent, mes ¡ay! no't puch pas creure
¿Li ha vist desfer del mon las injusticias?
A tú mateix may t'ha bastat. Confessaho.
¿Nirvis y sanch y vidas que 's transforman?
¿quí ho crea, mou, transforma y multiplica?
Y así sucesivamente, con algunas consideraciones más sobre las inconsecuencias del que siendo ateo no apela al suicidio, ó no se niega...
á propagar la especie sua.
Tampoco se negará nadie á reconocer que un gran poeta puede trocar en verdadera poesía tales reflexiones: su fondo mismo es profundamente poético, como el más alto punto de conjunción de la poesía y la metafísica. Pero me parece que no se realizará nunca el milagro ni con aquel lenguaje y su escasa fuerza, ni con los colores mates y prosaicos de los anteriores versos.
